Con las tijeras en la mano.
Átropos aguarda solemne a que su hermana mida la longitud del hilo con su vara.
Una hebra blanca y frágil.
Su madre se ha arrancado mechones de pelo hasta quedar calva. Y se los ha ofrecido a las tres hermanas a cambio de más tiempo.
Láquesis asiente y el hilo puro retorna a la rueca de la joven Cloto, que lo trenzará con los cabellos maternos para alargar la vida del hijo.
Empieza el conjuro.
Éste es el cuarto ‘Microcuento Encadenado’ para el Reto que me he propuesto este mes de Octubre.
La cadena comenzó con ‘Perseverancia’, seguido por ‘Equilibrio’ y ‘Locura (Amor)’.
La frase de partida de hoy (que no contabiliza en el número de palabras), es la frase final del último microcuento.