Y una patata.
Cinco pares de ojos hundidos en sus cuencas y cinco estómagos vacíos.

Niños que nunca ríen, nunca juegan.
Una tos incurable. Un bebé que ya no llora.
La madre mira la patata que el padre sostiene con resignación.
El invierno se acerca. Toque de queda.
Tizón tardío.

Sobrecogen tus palabras. Describen una terrible realidad para demasiadas personas.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Este micro está tristemente inspirado en la Gran Hambruna irlandesa, entre 1845 y 1849. Pero me temo que hoy en día sigue siendo una realidad 😦
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pingback: Cinco hijos – Catalina Vega