Me cuenta Nuria que este post de los lunes es una inspiración, un entretenimiento y el borrador de nuevas historias. Así que en su honor, esta semana vuelve el reto de las 1000 500 100 50 palabras a este blog.

Me cuenta Nuria que este post de los lunes es una inspiración, un entretenimiento y el borrador de nuevas historias. Así que en su honor, esta semana vuelve el reto de las 1000 500 100 50 palabras a este blog.
…1000 palabras. Lo sé, lo sé, pero es que en este blog solo escribimos {micro}cuentos.
Así que esta semana te propongo un reto especial y esta imagen tiene mucho que ver.
La oxidada campana apenas tintinea al abrirse la puerta del modesto negocio. Su octogenario dueño permanece absorto en la tarea hasta dejar bien firme la brida de la cometa que está reparando. Acaricia su vela amarilla y se quita las gafas.
El anciano encontró la llave en el primer peldaño, junto a las botellas de leche fresca. Se agachó sin prisa. Podía sentir sus huesos curvándose bajo el peso de los años amontonados sobre ellos. Recogió la ajada llave del suelo y la puso en el bolsillo izquierdo de su camisa, junto al corazón.