Por suerte y en particular, aquí no llueven elefantes ahora mismo. Pero mi propuesta de esta semana incluye una violenta tormenta de lluvia torrencial, ráfagas de viento intenso y truenos pavorosos. ¿Te apuntas?
En el título tienes las
3 palabras de 50
de esta semana.

OPCIÓN 1 > Aquí, llover y elefantes
Te propongo escribir un {micro}cuento de 50 palabras exactas que contenga estas tres palabras, orden aleatorio. El verbo puede estar en cualquiera de su número, persona, tiempo, modo y conjugación.
OPCIÓN 2 – RETO > ‘Aquí llueven elefantes’
Hablar del tiempo es un clásico cuando te encuentras con un desconocido (o con un vecino) en un ascensor, o no sabes qué decir y el silencio es demasiado incómodo. Tal vez los personajes tienen algo que esconder. Escribe un {micro}cuento que incluya un diálogo y alguien diga: ‘Aquí llueven elefantes’.
Si 50 palabras te quedan cortas, te doy hasta un máximo de 100 palabras.
Diálogos y puntuación. Recuerda:
> El signo de puntuación en los diálogos es la raya (—), no el guión (-).
> La raya (—) va pegada al inicio, sin espacio entre ésta y la primera palabra del diálogo.
Mucha más información para leer sobre la raya y su uso en la puntuación de diálogos puedes encontrarla aquí .
Como siempre, las mismas normas. Y el tema es libre.
> El orden de las palabras en el {micro}cuento no es importante.
> Responde a este post con tu {micro}cuento.
> Puedes ponerle título…. y las palabras del título NO cuentan en las 50 del {micro}cuento.
> No se admiten textos ofensivos.
> No hay fecha límite. El post quedará abierto para comentarios, pero si quieres dejar de procrastinar y enfrentarte a la página en blanco, ponle tu propia fecha y cumple con el plazo.
Diviértete. ¡Feliz semana!
La selva llegaba hasta la ribera del río, salvaje y dominante, dejando en el aire un fuerte olor a descomposición y vida. Los elefantes vadeaban las aguas, salpicadas de lluvia intermitente, bajo la mirada acechante del tigre.
De todo ello, aquí solo quedaba una fotografía, la sombra de un recuerdo.
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La selva llegaba hasta la ribera del río, salvaje y dominante, dejando en el aire un fuerte olor a descomposición y vida. Ya no llovía y los elefantes vadeaban las aguas, bajo la mirada acechante del tigre.
De todo ello, aquí solo queda una fotografía, la sombra de un recuerdo.
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