«¡Uno solo, dos tostadas y un croissant a la plancha!», gritó Mario a la cocina, mientras preparaba un café con leche muy caliente para llevar y miraba la cristalera de reojo.
Unas gotas de lluvia salpicaron el cristal y se le fue impacientando el alma.
Ella llegó con prisa, como todas las mañanas. “Sin azúcar”, dijo Mario y ella le sonrió mientras pagaba y corrió al autobús, bebiéndose el corazón de Mario a pequeños sorbos.
Que corto y que bonito!
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¡Hola! Me parecen bastante interesantes y muy cuidados tus breves relatos.
He nominado tu blog a SISTERHOOD OF THE WORLD BLOGGERS AWARD!
Puedes pasar a revisar de que se trata en el siguiente enlace: https://versosentupiel.wordpress.com/2016/04/29/versos-en-tu-piel-nominada-a-sisterhood-of-the-world-bloggers-award-i-ii/
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Muchísimas gracias, Ana, por acordarte de mí en la nominación.
Celebro que te gusten mis micros. Un abrazo
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